La terapia más investigada y avalada científicamente, ha sido la terapia cognitivo-conductual. De este enfoque se han derivado tratamientos eficaces para una diversidad de problemas: trastornos de ansiedad, depresión mayor, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de alimentación, drogodependencias, trastornos de conducta en la infancia, control de esfínteres y, en combinación con intervenciones médicas, esquizofrenia, dolor, y trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
Además, en Momento Desarrollo Psicológico consideramos que la base de cualquier eficacia de un tratamiento se fundamenta en las características personales del terapeuta que lo aplica, de la persona que lo acepta y pone en práctica, y de la alianza que se establece entre ambos.